lunes, 24 de mayo de 2010

La quiebra del Estado tal y como lo conocemos

Es oficial, hace mucho calor. Desde el balcón se puede ver que las sandalias ya están en la calle, los tirantes, los pantalones cortos y algún que otro helado. Sin embargo, por mucho que nos agobie el calor en España es lo normal. Como también es habitual oír desde mi balcón voces que parlotean en otras lenguas. En un barrio céntrico como es este el inglés y el chino están a la orden del día.

Lo que no parece tan normal es lo que ocurría a unas cuantas manzanas de mi terraza. El presidente de la Generalitat acudía al Senado a exigir la renovación del Constitucional, porque cuatro de sus magistrados caducaron su mandato ya hace más de dos años. Lo ha pedido en español, euskera, catalán y gallego y parece que sus súplicas han surtido efecto, eso sí bajo amenaza de la ruptura del pacto constitucional.

Ahora el PSOE, en boca de la portavoz del Senado, va a agilizar los trámites para facilitar la renovación e incluso es posible que acepte a los magistrados propuestos por las autonomías del PP y que en su día rechazaron de manera rotunda.

Pero, lo peor no es otra cosa que la renovación ahora después de cuatro años de bloqueo, hace que los magistrados actuales queden declarados incompetentes para dictar una sentencia sobre el Estatut. Lo que es lo mismo, el Tribunal Constitucional, encargado de velar por los principios de la Carta Magna, no sabe decir si es o no es constitucional un Estatuto.

Mientras, la batalla la han ganado Montilla y los políticos catalanes porque han demostrado la invalidez de un tribunal que se supone tiene que velar por la constitucionalidad de las leyes.

A todo esto, Montilla ha hablado de caminar hacia un Estado federal y si lo dice Montilla todo puede ser.

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